Frenesí en Casa Presa

Una paradoja posmoderna




“Los materiales reales cambian progresivamentde sentido,
no subordinándose a la composición pictórica o escultórica
tradicionales sino gracias a su agrupación. Desde un punto de
vista semántico se acusa una preferencia por la alegoría, en
virtud de la cuaefragmento u objeto de la realidad pierde su
 sentido unívoco con el fin de explorar la riqueza significativa.”
               
Simón Marchán Fiz, 1986

“Un laberinto invita a estar dentro, el laberinto no es tal si se está afuera;
la acción se da dentro, el laberinto invita a la acción, a su recorrido,
un recorrido que implica un transcurso de tiempo y espacio, y por lo tanto,
implica también una narrativa. Si pensamos en un laberinto no pensamos
solo en un muro, pensamos en una especie de serpiente, en un jardín
o en un dibujo de espirales con una entrada y una salida, lo imaginamos
visto a vuelo de pájaro, lo cual significa que siempre pensamos en un laberinto
desde afuera y arriba y es natural si queremos resolver el secreto del mismo,
puesto que la mejor posición para hacerlo es a través de la contemplación del todo.”

Eduardo Pérez González, Una Letra del Laberinto. 


El próximo viernes 27 se inaugura la muestra “Frenesí” en Casa Presa. Esta será la primer muestra individual de collages de la artista, fotógrafa, realizadora audiovisual y además comunicadora social Maia Gattás Vargas. El evento comenzará a las 21 hs y habrá música en vivo para acompañar la velada. La exhibición permanecerá hasta el 15 de julio.



El collage siempre ha sido una conjunción arbitraria de la realidad material circundante. Los fragmentos descontextualizados y montados nuevamente a merced de un discurso alternativo permiten instaurar un nuevo estatuto para esas imágenes. Según Marchán Fiz, el principio collage supone una categoría artística que trasciende los límites históricos de sus orígenes cubistas para devenir el punto de partida de un proceso operante hasta nuestros días. Maia Gattás Vargas se vale de esta estrategia para crear una realidad personal a partir de los fragmentos de la que encuentra a su alrededor.



La muestra se erige a partir de dos recorridos paralelos y complementarios. Por una parte, la serie “Tiempo de verano” apela a un abordaje intuitivo a través de las sensaciones que operan durante esta calurosa y embriagante estación. Al otro extremo, la serie “Post” propone un recorrido minado de conceptos, reflexiones y lecturas acerca de la apabullante Posmodernidad. El multiculturalismo, el orientalismo, la posguerra, la cuestión de género, la caída del muro de Berlín, el sueño del comunismo, y la oposición levistraussiana mito – ciencia, son algunos de los principales focos implicados en esta última serie. A su vez, la revisión de los tópicos posmodernos es abordada, paradójicamente, a partir de muchos de sus procedimientos -la fragmentación, el montaje, la exposición de la subjetividad, las múltiples lecturas- interrogando de esta manera la misma condición de “lo posmoderno” desde la materialidad.





La artista percibe estos dos momentos, el verano y la Posmodernidad, como períodos frenéticos. Y aquí es donde reside el núcleo común de las propuestas. La superposición de imágenes, los múltiples significantes, la exuberancia de formas y tonalidades, el exceso de estímulos visuales, y la profusión de texturas, invaden cada una de las obras. Los caminos de lectura resultan difusos, se percibe una conjunción caótica de información, como un laberinto barroco, en el que las obras se exhiben reticentes a la construcción un relato, a una lógica lineal, al igual que lo hace la Posmodernidad en nuestra historia actual. 

Victoria do Campo

victoriardc@gmail.com

Ficha técnico artística

Frenesí - Maia Gattás Vargas
Casa Presa, Villa Urquiza (Valdenegro 2636)
Inauguración: 27 de junio
Cierre: 15 de julio 




Planos Alabeados en el CC Rojas

Una serie de ensayos visuales



A partir de un postulado geométrico, la muestra Planos Alabeados se propone indagar en el vínculo posible entre la ciencia y el arte contemporáneos. La iniciativa del curador, Pablo Lapadula, involucra la obra de seis artistas contemporáneos -Diego Bianchi, Juan José Cambre, Mariano Dal Verme, Karina Peisajovich, Pablo Siquier, y Eduardo Stupía- en base a los cuales crea ensayos visuales alternativos, fuera de los conceptos e intenciones que estuvieron presentes en el proceso de génesis de las obras. La cita es en el Espacio de Artes Visuales del Centro Cultural Rojas, coordinado por Máximo Jacoby, y ubicado en la tradicional avenida Corrientes. Este recinto interdisciplinario, desprendido de la Universidad de Buenos Aires, nodo fundamental de desarrollo de disciplinas científicas en nuestra región, será el escenario ideal donde la ciencia y el arte establezcan un nuevo encuentro.




Podemos ya rastrear inquietudes e investigaciones previas acerca de los posibles puntos de contacto entre ciencia y arte en la propia producción artística del curador, Pablo Lapadula. Testimonio de esto son obras como ¿Estos mosquitos fluorescen? (2004), Evolución (2005), Mecánico nuclear (2006), o Alas (2007). El curador y artista define sus obras como “pequeñas unidades atómicas”[1], y, aunque ninguna de ellas fue incluida en la muestra, resulta interesante considerar las continuidades que se crean entre estas dos tareas artísticas divergentes. 

Pero si de relevar las pericias del vínculo arte-ciencia se trata, el camino será amplio y diverso. Estos dos planos siempre han sostenido puntos de contacto, de diálogo, de conflicto, y de colaboración mutua. Lo más sencillo sería pensar en el uso de los cánones de proporción en el arte de la Antigüedad, en la bella perspectiva renacentista, o en la aplicación de la sección áurea en las obras de todos los tiempos. A su vez, podemos ir más lejos y retomar los conflictos de una relación de antaño entre los confines de la naturaleza y los de la representación, entre los artistas inspirados en la realidad natural circundante, y los que buscan crear un discurso autónomo y autorreferencial para el arte. 

En el caso de Planos Alabeados, se propone una hipótesis, un ensayo posible en el que estas dos caras se cruzan, partiendo de los aspectos formales de cada una, y tomando, por un lado, imágenes de dispositivos científicos de alta tecnología, y por el otro, las obras de los artistas contemporáneos. Y aquí es donde las estructuras regulares y perfectas de Pablo Siquier comienzan a dialogar con el orden interno de una serie de tejidos observados microscópicamente. Como también se cruzan imágenes científicas acerca de manipulaciones genéticas, de clonación o ilustraciones extraídas de manuales antiguos acerca de hermafroditas y siameses, con la escultura de Diego Bianchi, quien exhibe partes de un cuerpo que fue desmembrado y vuelto a montar de manera azarosa, desprolija e inorgánica.

El trabajo curatorial se destaca como un núcleo fundamental. Podemos dividir la muestra en dos grandes sectores. El primero, está formado por esta exhibición conjunta de las obras artísticas intercaladas con las imágenes científicas. Aquí, el gesto de exhibir las obras desprovistas de ficha técnica, o de referencia alguna acerca de su título o autor, hace del conjunto de imágenes un diálogo fluido y novedoso, una hipótesis abierta a nuestra mirada y nuestro juicio. El universo visual presentado por ambas partes resulta muy atractivo, y las similitudes formales sorprenden. 
Otro sector de la muestra está diseminado por planchas de corcho con una acumulación –al parecer- desordenada o espontánea de imágenes. A modo de borrador, o de constelación, esta yuxtaposición de imágenes opera como cóctel de estímulos visuales que apelan a nuestra capacidad de observar, recordar, asociar, imaginar y conjeturar. Estos ensayos visuales recuerdan al Atlas Mnemosyne warburiano, que reúne imágenes de un corpus visual inmenso, hurgando en la memoria y creando un juego de asociaciones no siempre inteligible. Cada panel posee una pequeña indicación con el nombre del artista, sin embargo, la obra del mismo no estará jerarquizada ni señalada de manera explícita entre todo el conjunto presentado, por lo que será tarea del espectador encontrarla dentro de ese gran collage de imágenes.

La apertura hacia imágenes de tan diversa índole, pertenecientes a otros campos disciplinares, en este caso, el polo científico más duro y exacto, permite arribar hacia lecturas alternativas y sumamente fértiles. Puede leerse en esta propuesta una intención lúdica y hasta didáctica de acercamiento hacia el arte contemporáneo, que tantas veces genera conflictos, dudas o incomodidades entre los espectadores por su carácter complejo y críptico. Ante los postulados que indican la gran preparación teórica que requiere un espectador promedio para acercarse a una obra contemporánea, Lapadula pareciera buscar otros canales de contacto con esas producciones artísticas que nos permitan establecer un encuentro más personal y creativo, donde el espectador realmente es responsable de cerrar el sentido o proponer uno nuevo a la obra. Este trabajo no deja de señalarnos la maravilla que supone el fundamental carácter polisémico de las imágenes.

Ficha Técnico/Artística

“Planos Alabeados”
Artista: Diego Bianchi, Juan José Cambre, Mariano Dal Verme, Karina Peisajovich, Pablo Siquier, y Eduardo Stupía
Curador: Pablo Lapadula
Espacio: Centro Cultural Rojas, Espacio de Arte
Inauguración: 30 de abril
Cierre: 11 de julio
Domicilio: Av. Corrientes 2040 / Buenos Aires
Horarios:  Lunes a sábados de 8 a 20 hs
Entrada libre y gratuita





[1] Bola de nieve http://www.boladenieve.org.ar/artista/34/lapadula-pablo


Victoria do Campo
victoriardc@gmail.com

Nota publicada en Revista ÁMBAR
http://www.ambar-revista.com.ar/index.php/noticias/visuales/item/189-una-serie-de-ensayos-visuales


ambar-revista.com.ar      ISSN N° 2314-3347